Se acerca el verano y las temperaturas cálidas y con ello nuestras preocupaciones por como poder cuidar a nuestro perro de ellas.

Está claro que ni tú ni yo nos gusta ponernos un montón de ropa a +30º, pero el abrigo del perro en realidad le brinda alivio del calor. Actuando como aislante, el abrigo de un perro evita que se enfríe demasiado en el invierno, pero también evita que se sobrecaliente en el verano.

El abrigo es el termostato del perro y ralentiza el proceso de absorción de calor.

Con la muda en temporadas más cálidos, los perros están aptando sus abrigos para ser más adecuados para la protección contra el calor en lugar de conservarlo. La capa interna gruesa que se necesita para atrapar el calor corporal en tiempos fríos no es necesaria en tiempos cálidos. Per de hecho, la capa exterior restante es óptima para manejar el calor, siempre que no sea extremo.

Por esta razón, coinciden los expertos, puede ser un error afeitar o recortar drásticamente el pelaje de un perro en verano. Si bien puede parecer que le daríamos más fresco, en realidad puede llegar a calentar más al animal. El abrigo también da protección contra las picaduras de insectos, muy comunes en verano.

Vamos – los perros han desarrollado sus pelajes por una razón. Es una barrera entre la piel del perro y el sol. Cuanto más calor y sol llegue a la piel, más caliente estará el perro.

En una temperatura ambiental elevada, el perro sufrirá con o sin abrigo y a lo mejor le tenemos que ayudar con alivios internos o externos. Pero un perro con el abrigo conservado tiene un riesgo muchísimo menor de sufrir golpes de calor por exposición al sol. El abrigo no mantiene fresco a tu perro, pero le protege contra subidas rápidas de temperatura corporal.

Por definición, el aislamiento reduce la transferencia de energía a través del material aislante en cualquier dirección, ya sea que la temperatura en un lado sea más fría o más caliente que en el otro.

Por ejemplo, el aislamiento de una casa la mantendrá más cálida en invierno y más fresca en verano. Del mismo modo, el aislamiento dentro de un termo ayudará a mantener la temperatura de los líquidos fríos o calientes que se le pongan. Entonces, por extensión, un animal con un pelaje peludo debería perder menos calor en condiciones frías y ganar menos calor en un ambiente caluroso. Es decir, el aislamiento ayuda a aislar la temperatura corporal del propio animal de la temperatura ambiental externa.

A veces oímos argumentos como que esto entra en conflicto con nuestra propia experiencia, y simplemente extrapolar nuestra fisiología a otros animales puede ser problemático. Si te pones una chaqueta gruesa de invierno en verano, te sobrecalentarás rápidamente, especialmente si también haces algo de ejercicio mientras la llevas puesta.

Pero este es uno de esos casos en el que igualando el perro con el humano es claramente erróneo. Lo que falla aquí es la diferencia entre cómo los perros y los humanos regulan la temperatura de su cuerpo en ambientes cálidos. Nuestra principal forma de perder calor en condiciones cálidas es a través de la evaporación del sudor de nuestra piel. Poner aislamiento sobre la piel, o simplemente evitar que el aire fluya sobre ella, detiene nuestra capacidad de perder calor y, por lo tanto, rápidamente nos calentamos demasiado.

En ambientes calurosos, los perros no pierden mucho calor al sudar. Al igual que nosotros, todavía pierden calor al evaporar el agua, pero esa agua proviene del jadeo y el pelaje no evita ese proceso. Los perros también pueden perder calor al acostarse sobre una superficie fría, y el abrigo tampoco lo previene: el abrigo del perro se aplasta y pierde sus propiedades aislantes a medida que el aire atrapado sale de él.

Entonces, como en la mayoría de los mamíferos, la piel del perro no interfiere con la regulación activa del calor. En cambio, defiende la temperatura corporal de un entorno externo potencialmente cambiante y, en este caso, los humanos somos los únicos, porque dependemos principalmente de la sudoración para mantenernos frescos.

Golpe de Calor

El golpe de calor ocurre cuando los mecanismos corporales normales de los perros no pueden mantener la temperatura corporal en un rango seguro. Los perros sudan solo a través de sus patas y el jadeo no siempre puede enfriar completamente a un perro cuando está sobrecalentado.

La temperatura corporal normal de un perro es de unos 38 a 39 grados. Una temperatura corporal de más de 41 grados es mortal y requiere asistencia veterinaria inmediata.

Los signos de un golpe de calor incluyen:

  • Jadeo rápido
  • Lengua roja brillante
  • Encías rojas o pálidas
  • Saliva espesa y pegajosa
  • Sofocamiento
  • Debilidad y mareos
  • Vómitos, a veces con sangre.
  • Descomposición
  • Estado de shock
  • Coma

Ten muy en cuenta que cualquier perro que no pueda refrescarse corre el riesgo de sufrir un golpe de calor.

Entonces ¿Qué puedo hacer para que mi perro no sufra un golpe de calor?

  1. En altas temperaturas, no permita que el perro se quede en superficies calientes como asfalto y cemento. Estar tan cerca del suelo puede calentar su cuerpo rápidamente y también es una invitación a quemaduras en las almohadillas sensibles de las patas. Mantenga los paseos sobre estas superficies al mínimo.
  2. Acceso a agua dulce en todo momento. Asegúrate de que un perro al aire libre tenga acceso a la sombra y mucha agua fresca.
  3. Huesos terapéuticos fríos. Por ejemplo, una rodilla de vaca congelada es un remedio excelente.
  4. Restrinja el ejercicio cuando las temperaturas suban y no ponga bozal a su perro como este inhibe su capacidad de jadear.
  5. Muchos perros disfrutan de nadar, chapotear en una piscina infantil o correr a través de un aspersor en un clima más cálido. Esto puede ayudar a bajar la temperatura corporal.
  6. Nunca deje a su mascota en el coche aparcado, ni siquiera si se estaciona a la sombra o si “solo será un par minutos”. La temperatura dentro de un coche puede llegar a temperaturas como las de un horno, en cuestión de minutos. A menudo alcanzan temperaturas por encima de los 60 grados. Una subida así puede convertirse en un desastre y podría ser letal.

Si sospechas que tu perro está sufriendo un golpe de calor, una acción rápida le puede salvar la vida.

Sácale del entorno caliente inmediatamente. Mójale bien con agua fresca e intenta ventilarle el aire a su alrededor.

No use hielo o agua muy fría: puede ser contraproducente ya que enfriar demasiado rápido puede desencadenar otras condiciones potencialmente mortales. Permita el libre acceso al agua, pero no le obligue a beber, ya que puede inhalarlo o asfixiarse.

Incluso si el perro parece estar recuperándose,  siempre llévalo al veterinario lo antes posible. La deshidratación es solo una de las complicaciones del golpe de calor que el veterinario deberá abordar.

Un perro con golpe de calor debe ser monitoreado por estado de shock, dificultad respiratoria, insuficiencia renal y anomalías cardíacas y tratado acorde.

Ten en cuenta que los perros son, por naturaleza, nuestros protectores. Como cuidadores responsables debemos devolver el favor protegiendo a nuestros perros de los peligros del calor excesivo, para que puedan disfrutar con seguridad del calor agradable del verano.

Sé el mejor amigo de tu perro y cuídale – también en el verano…


Referencias:
http://neacha.org/resources/Short%20Technical%20Report.pdf
https://www.researchgate.net/publication/256101979_Heatstroke_Thermoregulation_pathophysiology_and_predisposing_factors